El cambio radical en los tratamientos de la llamada “enfermedad de las mil caras”, por lo amplio del abanico de síntomas que pueden manifestar las personas afectadas, empezó en 2012. Y el mayor congreso internacional sobre esta enfermedad crónica, auntoinmune y degenerativa que ataca al sistema nervioso central ha servido para consolidar, por seguridad y eficacia, algunos de los tratamientos que cambiado millones de vidas desde entonces.